lunes, 11 de julio de 2016

UNA NOVENA PARA PROSPERAR

PARA LA PROSPERIDAD
" Dios puede darle a ustedes 
con abundancia toda clase 
de bendiciones, para que tengan 
siempre todo lo necesario y además
 les sobre para ayudar en toda 
clase de buenas obras"
                                                       (2 de corintios 9:8)

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ORACIONES PARA TODOS LOS DÍAS

Salmo  51

Por tu amor, oh Dios, ten compasión de mí; por tu ternura, borra mis culpas, lávame de mi maldad, límpiame de mi pecado.  Reconozco que he sido rebelde; mi pecado no se borra de mi mente.

Contra ti he pecado y sólo contra ti, haciendo lo malo, lo que tú condenas.  Por eso tu sentencia es justa, irreprochable tu juicio.

En verdad, soy malo desde que nací; soy pecador desde el seno de mi madre.  En verdad, tu amas al un corazón sincero y en  mi interior me inculcas sabiduría.  Purifícame con hisopo y quedaré limpio; lávame y quedaré más blanco que la nieve, lléname de gozo y alegría y se quebrantaran mis huesos.  Aleja de tu vista mis pecados y borra todas mis maldades, Oh Dios, impon en mí un corazón limpio, dame un espíritu nuevo y fiel, no me arrojes lejos de tu presencia ni me quites tu Santo Espíritu.

Hazme sentir de nuevo el gozo de tu salvación; sosténme con tu espíritu generoso, para que yo enseñe a los rebeldes tus caminos y los pecadores se vuelvan a tí.  Líbrame de cometer homicidios, oh Dios, de mi salvación y anunciaré con cantos que tú eres justo.

¡Señor, abre mi boca  y  mis labios proclamaré tus albanzas! ¡Tú no desprecias, oh Dios, un corazón hecho pedazos!.


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Salmo 91

El que habita abrigo del  altísimo, morará bajo la sombra del omnipotente, diré yo a Jehova esperanza mía, castillo mío, mi Dios en confiaré.  Él me librará del lazo del cazador y de la peste obstructora; con sus plumas me cubrirá y debajo de sus alas estaré seguro. Escudo y daga es su verdad; no temeré al terror nocturno, ni al saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en la oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya.  Caerán a mi lado mil y diez mil a mi derecha, más a mí no llegaran, ciertamente con mis ojos miraré y veré la recompensa de los impíos, porque haz puesto al altísimo por mi habitación.

No me sobrevendrá mal, ni plaga tocará mi morada, pues a sus ángeles mandará cerca de mi para que me guarden en todos mis caminos.  Sobre el león y el áspid pisaré, ollaré  al cachorro y al dragón, 

Por cuanto en mi a puesto su amor, yo también lo libraré, me pondrá en alto, por cuanto ha conocido mi nombre; me invocará y yo le responderé, conmigo estarás en la angustia, me libraras, me glorificaras y me saciaras de larga vida.

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